¿Cómo te imaginas unas vacaciones ideales? ¿Frente a un mar azul y reluciente? ¿Con unas vistas increíbles? ¿Entre pueblos pintorescos, clubes de playa exclusivos y deliciosos platos tradicionales? Si has respondido que sí a todo, te esperamos con los brazos abiertos en Capri. Esta abrupta isla al sur de la costa de Italia es, desde hace más de dos mil años, el patio de recreo de algunas de las personalidades más célebres de nuestro pasado y nuestro presente. Desde el emperador Tiberio hasta Graham Greene, Noel Coward, Jackie Onassis y Sofía Loren, personajes de todo tipo han pasado por la isla para disfrutar de su ambiente relajado y glamuroso.

En los últimos años, la isla se ha convertido en todo un clásico para los excursionistas que se acercan en aerodeslizador para disfrutar de sus maravillas culturales durante un par de horas. Sin embargo, su popularidad no ha pasado factura a la elegancia que la caracteriza.

Uno de los grandes atractivos de unas vacaciones en Capri es sentarte a comer mientras disfrutas de uno de los paisajes más increíbles del planeta. Como la principal localidad de Capri se encuentra a varios metros sobre el nivel del mar, muchos restaurantes ofrecen terrazas al aire libre con unas vistas de casi 360 grados al paradisiaco entorno. Y aunque las vistas ya son increíbles de por sí, se disfrutan aún más frente a un delicioso plato de cocina tradicional, como unos ravioli caprese o una torta caprese (tarta de chocolate y almendra).

Algunos de los restaurantes más populares con vistas panorámicas son Villa Margherita y Terrazza Brunella, donde podrás degustar marisco fresco o pulpo a la parrilla cualquier día de la semana. Oculto en una callejuela en el centro de Capri está Gennaro Amitrano. Se trata de un pequeño restaurante que ofrece deliciosos menús de cinco platos y de degustación, un verdadero deleite para los sentidos.

Tampoco puedes irte sin probar uno de los grandes clásicos de la región, que no podría ser otro que la pizza. Ve de cabeza a la Pizzeria Aurora para disfrutar de una experiencia de cinco estrellas. También es el entorno ideal para encontrarte con algunas caras visibles de la jet set, ¡hasta Beyoncé ha pasado por aquí! Y si te queda un hueco para el postre, acércate a la Gelateria Buonocore para saborear una bola o dos de delicioso helado, con sabores tan irresistibles como tarta de limón, biscotti o chocolate con avellanas.

Aunque la isla tiene una superficie de solo 10 kilómetros cuadrados, hay mucho por ver. Date un paseo por la localidad de Capri para tomar el aperitivo en su famosa plaza y disfruta de las vistas. Desde el Belvedere Tragara, un agradable mirador al que podrás llegar dando un paseo desde la plaza, puedes admirar los imponentes «faraglioni», unas famosas formaciones rocosas frente a la costa de la isla.

Jackie Onassis nunca se iba de Capri sin un nuevo par de las famosas sandalias de cuero de Canfora, ya toda una institución en la isla. Tú también puedes acercarte a ver cómo te quedan o darte un capricho, ¡la tienda sigue estando en la Via Camarelle! Por la zona también encontrarás boutiques de algunas famosas casas de moda, como Dolce & Gabbana, Prada y Gucci.

Si te encanta conocer la cultura de los lugares a los que viajas, el trayecto de 10 minutos en el teleférico de Monte Solaro te llevará hasta Anacapri, «la Capri de las alturas». Aquí se encuentra la Villa San Michele, la antigua casa del psiquiatra y escritor sueco Axel Munthe, que alberga bellas esculturas de las épocas griega y romana, así como unos grandes jardines ornamentales. No muy lejos de allí se encuentra la Certosa di San Giacomo, una antigua cartuja medieval que ha sido parcialmente restaurada y ofrece unas bonitas vistas al mar, así como la oportunidad de contemplar sus frescos originales.

En lo alto del monte Tiberio se encuentra Villa Jovis, el palacio del emperador Tiberio. Se trata de la mayor villa romana de la isla, a más de 350 metros sobre el nivel del mar. Una visita para recorrer sus ruinas sin duda merece la pena.

Si prefieres maravillarte con las vistas de la isla desde el agua, puedes alquilar un barco para explorar el rocoso litoral de la isla, incluida la famosa gruta azul, que el emperador Tiberio utilizaba como piscina privada. Aprovecha para ir después de que se hayan marchado los barcos turísticos, a media tarde, y así tendrás este rinconcito de paraíso solo para ti. Otro buen motivo para alquilar un barco es visitar el club de playa La Fontelina. Este exclusivo recinto se encuentra en los acantilados de caliza de la isla e incluye un restaurante al que solo se puede ir con reserva. Nunca hay mucha gente, ya que el acceso se realiza exclusivamente por mar o subiendo unas empinadas escaleras. Si te interesa alquilar un barco o hacer una excursión por mar a alguna zona cercana, como Sorrento, Amalfi, Positano o Ravello, pide consejo a tu asesor de Luxury Retreats. Las zonas arqueológicas de Pompeya y Herculano también están por la zona. ¿Te animas a explorar un poco más allá?

Es indudable que la belleza innata de Capri reside en sus maravillosas vistas. Precisamente por eso, muchas de las villas que hemos seleccionado para ti en Luxury Retreats se encuentran en zonas altas desde las que podrás disfrutar del increíble paisaje de la isla. ¡Solo tienes que decidir con quién vas a compartir una estancia tan especial!

No hay nada más romántico que una parejita recién casada que viene a Capri de luna de miel. Quizá la clave sean los colores del paisaje y el mar, con su azul cobalto, los tonos dorados de la arena, el rosa de las buganvillas o el intenso verde de la vegetación. O tal vez el secreto sea su impresionante paisaje, con sus pueblecitos en las alturas, sus grutas inundadas de agua azul o las diminutas calas donde disfrutar de la arena y el mar. Pero quizás la verdadera maravilla sean las villas que te ofrece Luxury Retreats, el nidito de amor perfecto para que tu luna de miel sea tan dulce como promete.

Una villa de vacaciones en Luxury Retreats puede ofrecerte increíbles vistas a los icónicos «faraglioni» de Capri o a las islas de Isquia y Procida. Disfruta de unas vistas panorámicas del entorno sin alejarte mucho de playas como la Marina Piccola. Y si no te apetece darte el paseo hasta la playa bajo el sol, también puedes disfrutar de la vida tranquilamente en la piscina, la terraza con tumbonas y el comedor al aire libre de tu villa.

El interior diáfano de las propiedades te garantiza una estancia relajada a cualquier hora del día. Disfruta retozando en los grandes salones con antiguas chimeneas al final de un largo día o prepara una cena romántica en una cocina de última generación. Todas las habitaciones son amplias e incluyen cuarto de baño, vestidor y una terraza privada. Será un placer abrir los ojos cada mañana frente al mismísimo paraíso.